“Yo no soy
yo, soy éste que va a mi lado sin yo verlo…
y, que a veces, olvido” - Juan Ramón Ramírez
Uno
de los propósitos principales del hombre es encontrar a una mujer que le guste,
y permanecer con ella para siempre, lo cual no es fácil. Entonces, por la razón
que no es fácil para el hombre encontrar a una mujer y hacer que se enamore de
él, hay veces que él hombre finge que es otra persona de lo que es para que
parezca mejor o más masculino. Un ejemplo de esto será la amada película de
Disney, Aladdin.
Aladín
amaba a Jasmín, pero ella era princesa y él era lo que dirían una rata de la
calle. Él estaba seguro de que ella jamás lo querría por su situación, pero
llegó el genio y todo eso cambió. Uno de los deseos que se le hizo posible
gracias al genio fue que se convirtió en un príncipe con el fin de que le
gustara a Jasmín. De aquí en adelante, Aladín hace todo que un príncipe haría,
aunque él no tenía idea cómo ser un príncipe.
Esto
es lo que Juan Ramírez está explicando. Aladín no estaba siendo quien era,
hasta que se olvidaba del mono y de la alfombra voladora que eran sus amigos. Bueno,
ya sabemos lo que pasó en la película, pero cuando Jasmín averiguó que él
realmente no era príncipe, ella estaba triste que le engañó. Me gusta esta
parte de la película porque Aladín le pide perdón y siente muy mal porque no
actuaba como la persona que era. Básicamente, él dijo “yo no [era] yo, soy
éste.”
Para mí, Juan Ramón se está refiriendo al engaño que los hombres dan a las mujeres cuando tratamos de ser alguien que no somos y con el ejemplo de Aladín, se ve que muchas veces no recibimos ningún premio por ello. Seamos quienes somos, para que no olvidemos.
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