“…pero
luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus
trabajos.”
Jorge
Luis Borges, Las Ruinas Circulares
Cuando me
pongo a pensar en la muerte, pienso en descansar. Especialmente que soy
estudiante en la BYU, ando terriblemente ocupado todos los días con mis clases,
el servicio, observar a un doctor, mi tarea, salir con las chiquillas, y
socializarme mucho para que me siga haciendo amigos con muchas personas. Para
el mago en Las Ruinas Circulares, él
también tenía mucho que hacer con su hijo ya que se lo mandó el dios de Fuego.
Tenía la enorme responsabilidad de enseñar todo lo que sabía a su hijo. Ahora,
he comentado antes sobre Harry Potter porque me encantó leer los libros, porque
la autora J.K. Rowling claramente leyó este cuento para que pudiera escribir el último
libro de la serie.
Una de las escenas más suspensas de todas las películas, en mi opinión, es la que cuando Harry se entrega a Voldemort para que él lo mate y se acabe el poder de Voldemort.
Una de las escenas más suspensas de todas las películas, en mi opinión, es la que cuando Harry se entrega a Voldemort para que él lo mate y se acabe el poder de Voldemort.
En la mente de Harry, me imagino que estaba pensando lo que el mago
estaba pensando en cuanto a la muerte y que ella “venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos” porque estaba seguro que al entregarse a
Voldemort, literalmente, sus trabajos serían absueltos. Entonces, como
resultado, él tenía mucha paz interior y no le tenía miedo a la muerte para
nada.
Aquí,
Borges y Rowling están compartiendo la misma idea con sus caracteres, lo cual
es ellos sabían que habían hecho todo lo que se les esperaba y por eso, estaban
preparados a morir. Yo creo que los dos nos están diciendo que aunque sí
tengamos mucho que hacer y estamos andando terriblemente ocupados todos los
días, no satisface con solamente cumplir, pero se nos requiere dar todo de nosotros
mismos. Cuando esto suceda, seremos preparados para la muerte porque se nos
dará esa paz que todos desean. Hay que vivir como lo enseñó el presidente
Uchtdorf, “Debemos empezar a recorrer ese
camino eterno hoy; no podemos desperdiciar un solo día.” Hay que encontrar
gozo en el camino. Hay que disfrutar la aventura.