“¡No me dejes
sola Lorenzo Rafael! Quédate conmigo aquí a mi lado por favor. ¡No me dejes
sola!”
María Candelaria, Gabriel Figueroa
En la película, hay una parte en la que se enferma María
Candelaria y está a su lado Rafael. Él le está viendo a María dormir cuando de
repente, ella se pone a hablar y a gritar que Rafael se quede allí con ella. En
este momento, se asusta Rafael porque no sabe qué hacer con la mujer que
quiere, si la acompaña mientras duerme o si se va muy lejos para conseguir el
único remedio que le puede curar.
Esta idea es clásica para la cinematografía porque causa
que nos preguntemos, ‘¿Qué haría yo si fuera él?’ Yo lo encuentro muy
interesante que lo que resulta en cada ejemplo que se presenta esta situación el
hombre se va para poder resolver los problemas en vez de quedarse allí con su
amante.
Un ejemplo clásico viene de Hércules.
Nuestro héroe se enamora de una chica, ella llega a estar a punto de morir,
y en vez de tratar de consolarla y estar a su lado, Hércles la deja allí y se va. Él va
a negociar con Hades y se sacrifica a sí mismo hasta que su vida casi se acaba
por lo que está dispuesto a hacer lo que se le exija con el fin de que se cure
su amante. Al final, logra lo que parecía imposible y salvó a su mujer. Ella se
despierta bella y sana y se acaba la película con que ellos viven felices
para siempre.
Yo creo lo que Figueroa y lo que la historia de Hércules
de la mitología muestran es la gran importancia de ser un hombre y proteger a
su mujer. No sólo protegerla de la muerte física, pero para protegerla del
mundo. Los hombres tienen que ser los
que proveen para sus esposas en todos los aspectos de su vida porque se lo
merecen.
Entonces, como hombres, no podemos ser testigos del
sufrimiento de las mujeres, tenemos que ser las respuestas, aun si
ellas desean que nos quedemos.
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